Conocida como la Ciudad Rosa por el color peculiar de sus paredes de ladrillo. Hoy emprendíamos una nueva aventura. Una pequeña escapada a una preciosa ciudad al sur de Francia. Corre que empezamos.
Hola mundo.
03:15 Sonaba el despertador y sólo hacía unas horas que habíamos terminado de prepararlo todo, pero la ocasión lo merecía. Terminamos de meter las cositas de última hora en la maleta, cargamos el coche con nuestros bártulos y nos pusimos en marcha: Destino Aeropuerto de Málaga.
No llevábamos ni 5 minutos en el camino, cuando apareció el primer contratiempo. Varias patrullas de la Guardia Civil, estaban haciendo un control y habían cortado la carretera. 10 minutos más tarde y después de haberle pedido al guardia que por favor nos dejara pasar (se lo pedimos en varias ocasiones, pero con cuidado de no enfadarlo vaya que fuese a ser peor) conseguimos retomar nuestro camino.
06:00 Llegamos al aeropuerto algo justos, pero conseguimos embarcar sin problemas. En esta ocasión hacíamos este primer trayecto con Vueling Airlines. El vuelo fue bastante tranquilo y sin problemas, salvo la estrechez en los asientos. No parece de risa que cada vez hagan el espacio entre los asientos de Economy Class más pequeño, por si alguien no ha volado nunca con Vueling (cosa que dudamos) para que os hagáis una idea del poco espacio que había, a Carlos que mide 1,80cm, le chocaban las rodillas con el asiento de delante.
08:30 Salíamos del avión tras un vuelo de poco más de hora y media. Toulouse nos daba la bienvenida. Como no facturamos maleta nos dirigimos hacia la salida para coger el tranvía que nos llevaría directos al centro. Tuvimos que esperar un poco para salir porque la «ciudad rosa» nos había recibido con un día lluvioso.
09:00 La parada del tranvía está muy bien señalizada por todo el camino de salida. Tenemos dos líneas que hacen el trayecto de unir el aeropuerto con el centro de la ciudad, T1 y T2. En nuestro caso cogimos la línea T2. Hay máquinas en la misma parada donde por 1.60€ puedes comprar el billete en la mima parada del travía ( las paradas más comunes entre los turistas son Arénes que se tarda en llegar unos 20 minutos, y Palais de Justice que es la última y se llega en 30 minutos). Con la misma entrada del tranvía, luego podremos hacer transbordo en el centro para llegar a nuestro destino.
10:15 Llegamos a nuestra parada, Palais de Justice y nos dispusimos a encontrar el alojamiento. Esta vez repetíamos con Airbnb. Como el apartamento estaba a las afueras de Toulouse y la entrada no era hasta las 12:30 decidimos ir andando tranquilamente. Empezamos nuestra caminata y tardamos más de la cuenta en llegar ya que tomamos un camino erróneo. Aunque era la calle donde estaba el apartamento, la cogimos desde el principio y por aquí se tardaba casi 30 minutos más, de hecho pensábamos «este apartamento esta lejísimos, menudo lío para ir y venir todos los dias si no queremos coger bus, etc». Luego nos dimos cuenta que había un camino más corto y que habíamos dado un rodeo enoooooorme, pero bueno, estábamos de vacaciones, así que no importaba. De camino a la que sería nuestra casa durante los próximos 4 días, encontramos un súper y pudimos comprar algunas cosillas para poder picar y beber algo.
12:15 Llegamos al apartamento pero teníamos que esperar un poquito porque habíamos quedado con nuestra anfitriona a las 12:30, y puntual como un reloj, a esa hora llegaba para enseñarnos el apartamento. Como dato curioso os diremos que tanto la puerta del edificio como la del portal interior se habrían con un código (nos sorprendió muchísimo). Entramos y nos enseñó todos los detalles del piso, con el que quedamos encantados. Os dejamos el link del apartamento, porque además de estar muy limpio y en muy buenas condiciones, la anfitriona fue un amor con nosotros, así que es un alojamiento súper recomendado. Link apartamento en Toulouse.
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13:00 Dejamos nuestros bártulos y después de descansar unos minutillos, nos plantamos de nuevo en la calle. Toulouse nos estaba esperando y no nos gusta llegar tarde 😉 Nuestro principal objetivo era encontrar un lugar para comer, desde las 03:30 que nos tomamos un café, no había entrado nada sólido en el estómago. Como os dijimos por Instagram Stories (os recomendamos que nos sigáis por allí, y así os mantenéis al día @coleccionista_d_sitios ) nos apetecía comer hamburguesa y fuimos a la caza de una.
14:00 Nos plantamos en una hamburguesería que tenía muy buenas reseñas en Google (4,2) llamado L’Atelier du Burguer (19 Boulevard de Strasbourg). En seguida la camarera vino a tomarnos nota, y al ver que éramos españoles, primero nos pidió disculpas por su poco nivel de español, pero nos habló todo el rato en nuestro idioma y eso se agradece muchísimo. Nos pedimos dos hamburguesas con queso (una de ellas con menú).
Nuestra opinión de L’Atelier du Burguer:
La atención del personal fue buenísima. Sin coste, nos pusieron una botella grande de agua fría. La hamburguesa estaba bien pero lo que no nos gustó nada fueron las patatas fritas (blandas, amargas y negruzcas) Comprendemos que pueda ser su manera de cocinarlas, pero a nosotros no nos gustaron nada, ¡ojo! que a otra persona le pueden encantar. El precio: 1 hamburguesa simple + 1 menú con hamburguesa, patatas y Coca-Cola 17€. Buena relación calidad/precio
14:30 Empezamos nuestra ruta por la ciudad rosa dirigiéndonos principalmente a la oficina de turismo, situada a las espaldas del Capitolio. Pero antes nos encontramos con una fuente que llamó nuestra atención. Situada en la Place Wilson, hay una estatua en honor al poeta Pierre Goudouli y decimos que llamó nuestra atención, porque al fijarnos bien en la escultura, nos dimos cuenta que el hombre estaba completamente vestido y sin faltarle detalle, mientras que la mujer que estaba situada por debajo de él, estaba completamente desnuda. Nunca nos habíamos percatado de ese detalle, pero si lo pensáis bien, casi siempre la imagen de la mujer aparece desnuda, mientras que la del hombre siempre aparece vestida. Seguimos nuestro camino hasta la oficina de turismo donde nos dieron un mapa y un libreto en español, con todos los lugares de interés de la ciudad.
15:00 Llegamos a la Place du Capitole y nos hinchamos ha hacer fotos, de todos los detalles del edificio y nos fuimos directos a la Salles des Illustres (Sala de los Ilustres).
Al pasar por la puerta que da acceso (donde nos piden que por favor enseñemos el bolso/mochila) llegamos a un pequeño patio interior precioso, y ya luego accedimos al edificio. Una gran cruz de Occitania nos dió la bienvenida, y subimos por una gran escalera que está bien guardada por unos maravillosos frescos en las paredes. No sabíamos donde mirar, porque todas las paredes estaban pintadas de arriba a abajo y no les faltaba detalle. Pues si nos había gustado la escalera, no os podéis imaginar el interior de la sala. De nuevo nuestros ojos no sabían que hacer. La sala es enorme, y además de tener grandes columnas de mármol, varias estatuas y grandes cuadros, también puede presumir de tener uno de los techos más bonitos que habíamos visto nunca, con unas impresionantes pinturas en cada centímetro del mismo, ( una de ellas era una alegoría de Francia la cuál es dirigida por la alegoría de la guerra y es el pueblo la que le da la espada para enfrentarse a la batalla )
La visita la hicimos a las 15:00 y no tuvimos que esperar mucho para entrar, ya que no había casi gente, y de esta forma pudimos disfrutar de la sala casi para nosotros solos, y además la visita es gratuita por lo que no tenemos excusas para omitirla.
Nuestra opinión:
Sí recomendamos la visita a la Sala de los Ilustres, y de hecho podríamos decir sin equivocarnos que es un punto clave si visitamos la ciudad.
Continuamos nuestro recorrido, y buscando la Basilique Saint-Sernin (Basílica de San Saturnino), llegamos sin quererlo a la Notre-Dame du Taur. Ubicada en la calle con el mismo nombre (12 Rue du Taur) nos espera esta preciosa iglesia de la cual destacamos su campanario y de la que nos sorprende su historia, ya que fue erigida en honor a Saint Sernin, ya que cuenta la historia, que este mártir fue atado a un toro,el cuál lo arrastró por toda la ciudad, y en este punto fue donde falleció, aunque sus restos no descansan en esta iglesia sino en la Basílica que lleva su nombre.
Recomendamos la visita.
16:00 Nos pusimos de nuevo en marcha, para llegar ahora sí a la Basilique Saint-Sernin (Place Saint-Sernin). Desde la Notre-Dame du Taur, no tardaremos más de unos pocos minutos en llegar ya que está situada al final de la calle. Una imponente Torre del Campanario nos saluda desde lo alto y nos invita a visitar su interior, y como no somos maleducados, aceptamos con los ojos cerrados la invitación.
La entrada también en gratuita, siendo de pago sólo la parte donde se encuentran las reliquias (2,50€/persona)
El interior de la Basílica es realmente imponente. Nos llamó la atención que los bancos donde se sientan los fieles, eran sillas unidas y no bancos como son aquí en España. En la parte final de la nave se encuentra el órgano situado sobre unas puertas, y justo frente a él, al otro lado del pasillo, se alza bajo la cúpula, el altar mayor. A diferencia de otras basílicas o iglesias, en este caso el altar tiene vista de 360º, ya que se puede pasear por la parte trasera, de hecho es por esta parte donde accederemos a la exposición de las reliquias.
Nuestra opinión sobre la Basilique Saint-Sernin:
100% recomendable la visita a esta maravillosa Basílica. Aunque a nosotros nos gustó la exposición de las diferentes reliquias que había, pensamos que esta parte no es tan necesaria, por lo que si queréis, podéis omitir esta parte de la visita y ahorraros pagar la entrada de 2,50€. Eso ya lo dejamos en vuestras manos.
17:00 Hora de merendar, y ya que la calle olía a gofres por todos lados, no pudimos resistirnos. Por 3,50€ pudimos degustar un delicioso gofre belga de chocolate negro y blanco en La Belle Liégeoise. (11 Rue Romiguières ) y seguimos andando para llegar al siguiente punto del día.
17:30 Llegamos a los pies del Rio Garona, donde junto a él, se encuentra Notre-Dame de la Daurade, pero no pudimos visitarla porque estaban de obras, por lo que nuestro Plan B, fue bajar al río y descansar un poco. Había muy buen ambiente en la zona, con música en directo, y corría aire fresquito, vamos, que estábamos en la gloria. Desde allí, sentados en unos escalones disfrutamos del atardecer, y de las vistas de los puentes, el Saint-Pierre y el Hòpital La Grave a la derecha, y Le Pont Neuf a la izquierda.
18:30 Nos empezó a entrar la morriña, (eso de levantarse a las 03:15 nos estaba pasando factura), y decidimos irnos al apartamento, pero lo haríamos caminando así podíamos seguir viendo cositas de esta preciosa ciudad, como por ejemplo descubrir en la Rue d’Alsace-Lorreine, un peculiar reloj, el cuál, en lugar de tener 12 horas como es normal, marcaba las 24 horas del día.
20:00 Llegamos al apartamento y tocaba cenar y descansar. Había sido un día largo e intenso, pero mañana nos esperarían más sorpresas.
Hasta pronto coleccionistas, sed felices.
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Coleccionista de Sitios 